Cine Hondureño
El primer cineasta hondureño fue Sami Kafati, estudió cinematografía en Roma en la década de los años 1960. Su primera obra cinematográfica fue el cortometraje "Mi Amigo Ángel", producida en 1962, es la primera obra cinematográfica de ficción producida en Honduras. Este cortometraje es de una gran fuerza expresiva y de una gran sensibilidad social y artística. Esta primera generación de cineastas se completa con Fosi Bendeck que realiza el largometraje "El Reyecito" o "El Mero Mero", película de ficción fuertemente influenciado por el surrealismo. Ambos cineastas realizaron también documentales que tenían mayormente fines institucionales y/o comerciales. Sus producciones personales fueron financiadas mayormente por ellos mismos. Sami Kafati completaba su labor con la producción de spots comerciales. A lo largo de su carrera adquirió una serie de equipos de primera calidad para la producción cinematográfica que lamentablemente solo le permitirá trabajar en dos películas de largometraje: "Utopía", dirigida por el gran cineasta chileno Raúl Ruíz y la película "No Hay Tierra Sin Dueño", que lamentablemente no logró terminar en vida.
Sami Kafati muere (1996) dejando inconcluso el primer largometraje hondureño de ficción, "No hay tierra sin dueño". Ramsés, hijo del director y Carmen Brito, montajista chilena, terminan el filme. "Corazón abierto" reconstruye los años que Kafati dedicó a hacer posible un largo hondureño que finalmente, 7 años después de su muerte, llegó a CANNES (2003).